Mike Tyson, ícono del boxeo mundial, volvió al ring a los 58 años tras casi dos décadas de retiro. Sin embargo, su regreso no fue el esperado: perdió por decisión unánime ante Jake Paul, el joven influencer y boxeador en ascenso. La pelea tuvo lugar en el AT&T Stadium de Arlington y se extendió a lo largo de 8 rounds.
Un regreso complicado
El combate, que generó gran expectativa por ver nuevamente a “Iron Mike” en acción, mostró desde el inicio una clara superioridad del estadounidense Jake Paul, 30 años menor y en plena forma física. Tyson, lejos de su mejor versión, se mantuvo estático y frontal, siendo un blanco fácil para los golpes precisos de su rival.
El legendario estilo peek-a-boo, que caracterizó a Tyson en sus años dorados, no apareció en Texas. A pesar de sus intentos, no logró acortar la distancia ni incomodar a Paul, quien manejó la pelea con inteligencia y respeto hacia la trayectoria del ex campeón.
Jake Paul: respeto y control
Jake Paul, que venía siendo una figura controvertida en el mundo del boxeo, sorprendió con una actitud de reverencia hacia Tyson. Durante el combate, evitó buscar el nocaut cuando tuvo oportunidades claras, optando por combinaciones cortas y controladas, permitiendo que el veterano boxeador terminara la pelea en pie.
Al finalizar, Paul expresó su admiración por Tyson, diciendo: “Es un honor haber compartido el ring con una leyenda como él. Siempre será uno de los más grandes”.
Una noche para el olvido
La velada dejó sentimientos encontrados entre los fanáticos, que esperaban ver un espectáculo más competitivo. Para Tyson, esta pelea probablemente marque el cierre definitivo de su carrera. Para Jake Paul, en cambio, representa un escalón más en su objetivo de consolidarse como una figura del boxeo profesional.