Pablo Grillo, el fotoperiodista que sufrió un grave impacto en la cabeza durante la represión de la marcha del miércoles pasado, abrió los ojos y respondió a estímulos médicos. Su padre, Fabián Grillo, expresó su emoción ante la mejora de su hijo, quien sigue internado en estado delicado en el Hospital Ramos Mejía.
“Mueve las manos a pedido de los médicos. Le dicen que las mueva y las mueve. Abrió los ojos. Hoy renacimos ambos”, contó Fabián Grillo en declaraciones radiales, adelantando que los médicos evaluaban retirarle el respirador.
El fotoperiodista, de 35 años, fue impactado por una cápsula de gas lacrimógeno disparada por Gendarmería mientras cubría la marcha en defensa de los jubilados. Según reconstrucciones independientes, el proyectil fue lanzado en línea recta, lo que contradice el protocolo de seguridad.
Desde el hecho, el accionar de las fuerzas de seguridad y la postura del gobierno han sido fuertemente cuestionados. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, negó la necesidad de una investigación y desestimó la gravedad del hecho, calificando a Grillo como “militante kirchnerista”.
Mientras tanto, la comunidad periodística reaccionó con preocupación. La Asociación de Reporteros Gráficos organizó una caminata en el lugar donde fue herido, y en la última marcha los fotógrafos se protegieron con cascos y máscaras antigases ante la posibilidad de nuevas represiones.
La recuperación de Grillo sigue siendo incierta, pero su padre y allegados mantienen la esperanza. “Estamos cansados, tristes y expectantes, pero muy acompañados. Y enojados, por supuesto”, expresó Fabián Grillo, quien también pidió “prudencia” a las autoridades en futuras manifestaciones.
