Estados Unidos celebra este martes, 5 de noviembre, sus elecciones presidenciales. Unos 240 millones de personas están llamadas a acudir a las urnas para decidir si la presidencia del país cae en manos de Kamala Harris o Donald Trump. Sin embargo, todo apunta a que el resultado de las elecciones se hará esperar.
La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, y el exmandatario Donald Trump han iniciado su carrera hacia la Casa Blanca con un empate en la localidad de Dixville Notch, situada en el estado de New Hampshire y que desde los años sesenta es el primero en votar en cualquier proceso electoral en el país norteamericano. Según las informaciones recogidas por la cadena de televisión CNN, los dos aspirantes a la Presidencia estadounidense han recabado tres votos en las urnas, instaladas en un hotel tras la apertura a medianoche (hora local) del colegio electoral establecido a tal efecto.
Varios estados de la costa este de Estados Unidos han abierto este martes a primera hora los colegios electorales para una jornada que se prolongará hasta la madrugada y en la que se ponen en juego tanto el control de la Casa Blanca como del Congreso, así como cargos de índole estatal. Más allá de votaciones anecdóticas, como la del pequeño Dixville Notch, un puedo del estado de New Hampshire donde apenas han votado seis personas, tanto en este territorio como en otros de la costa este el común de los centros ha abierto sus puertas a las 6.00 (hora local).
Mucha incertidumbre
No existe un gran organismo federal en el que seguir la noche electoral, por lo que el goteo de proyecciones de los grandes medios irá tiñendo el mapa de azul o rojo en función de cada estado. La media general de encuestas da una clara ventaja a Harris en voto popular, pero la exsecretaria de Estado Hillary Clinton experimentó hace ocho años que no basta con obtener más sufragios que su rival sino imponerse en zonas claves, los conocidos como ‘swing states’.
Ambos escenarios podrían repetirse ahora. Las encuestas apuntan a un empate técnico entre demócratas y republicanos, una proyección particularmente reñida en Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Míchigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin, los siete estados bisagra llamados a decidir el resultado. Ahí, las mesas de votación cerrarán entre las 19 y las 22 horas locales (este), eso es, entre medianoche y las tres de la madrugada hora española.