El gobierno neuquino decretó la emergencia hídrica, ambiental y agropecuaria en todo el territorio provincial, basado en tres situaciones muy concretas: bajo caudal de los ríos, posibilidades ciertas de incendios forestales, y carencia de agua potable en distintas localidades.
La declaración de emergencia habilita a contrataciones rápidas, eludiendo el sistema de licitaciones públicas. Habrá una especie de luz verde para gastos que apunten a enfrentar la difícil contingencia. Por ejemplo, perforación de pozos en búsqueda de agua subterránea en distintos puntos de la provincia.
La situación no sorprende, porque había sido anticipada en función de las escasas precipitaciones níveas registradas en el invierno en la cordillera. Esto hizo que el deshielo fuera muy pobre, y se resintiera así la principal fuente de abastecimiento para los ríos y represas neuquinos.
El decreto declarando la emergencia fue publicado este viernes en el boletín oficial, por lo que ya está en vigencia. El antecedente más inmediato es el del año 2008, cuando también se declaró la emergencia hídrica, aunque acotada a algunos departamentos y no a toda la provincia.