No se sabe ni es posible saber si, como afirmaron, “todos los temas serán solucionados”. Pero, al menos, se tuvo una necesaria muestra de convivencia entre quienes por un lado son rivales políticos, y por el otro, comparten responsabilidades de gobierno muy importantes. Al fin, este miércoles, se sentaron frente a frente Omar Gutiérrez y Horacio Quiroga.
“Esta es la coherencia de lo que dijimos cuando empezamos la gestión: que los intendentes forman parte del gabinete de la provincia. Para nosotros es un día de alegría”, dijo Gutiérrez. “Hemos coincidido en todos los puntos. Hubo una agenda abierta de dos personas que tienen responsabilidades de gobierno, cada uno con su preocupaciones y sueños, pero buscando soluciones para los vecinos, porque esa es la voluntad y decisión de ambos”, dijo Quiroga.
Después, cada uno rescató como más importante lo que a su enfoque lo es. El plan maestro pluvio-aluvional y la obra del arroyo Durán, según Gutiérrez; el compromiso de resolver el tema EPAS, para el Intendente capitalino.
En la agenda de temas evaluados tras la reunión, desde el gobierno provincial se destacó la agilización de actualizaciones de la base de datos para valuaciones fiscales (importante para catastro, en definitiva, para viviendas); el impuesto (un canon fijo) que según el gobierno CALF no le está pagando por usuario a la provincia, que es “una cifra millonaria, muy importante”; la necesidad de “automatizar rápidamente” la cesión de las tierras municipales para la construcción del fortalecimiento de escuelas, hospitales, que implicaría “ver la posibilidad de que no requiera esto de la sanción de ordenanza, porque cada vez que vamos al Concejo Deliberante a veces se generan cruces respecto de quién propició”.
Desde el gobierno municipal, se destacó el avance en el contrato de concesión del EPAS, el plan de obras en el arroyo Durán, la cancelación de la deuda de 30 millones “que mantiene la provincia con el municipio”; la ejecución de obras de pavimento en calle Casimiro Gómez.
Quedó la sensación política de que algunos fantasmas fueron aventados; y que tal vez se asista, al menos por un tiempo, al fin de lo que el propio Gutiérrez gusta definir como “enfrentamientos estériles”. Pues, como se sabe, si hay enfrentamientos, deben al menos servir para algo útil.